Complejo deportivo CMF La Camisera

El proyecto tiene su origen en la relación entre el programa deportivo de la actuación y las condiciones del lugar: una parcela con una superficie de 25.226 m2 caracterizada por su acusada topografía descendente, con grandes desniveles hacia el oeste y hacia la zona verde contigua, al norte.

La implantación de la propuesta atiende a los requisitos establecidos en el programa de necesidades, especialmente, en lo referente al encaje en la parcela de los tres campos de juego con la adecuada orientación norte-sur. Así­, se proponen tres grandes plataformas horizontales escalonadas, adaptándose a la topografí­a del terreno, situando en cada una de ellas, respectivamente, el acceso principal y la pista polideportiva, el campo de fútbol 11, y el campo de fútbol 7. La posición del acceso principal en el extremo sureste de la actuación, las circulaciones interiores y la disposición de los distintos edificios y campos de juego responden también a otro tipo de consideraciones urbanas, relacionadas con la situación de la parcela entre los barrio Oliver y Miralbueno, y entre la zona edificada al sur y el parque situado al norte.

A partir de estas consideraciones iniciales el proyecto plantea un sistema de ocupación a partir de un esquema abierto, con edificios aislados entre el césped de los campos y la vegetación, buscando una relación adecuada con el lugar y el paisaje. Los recorridos intermedios y espacios urbanos que se generan (plaza de acceso, porches, marquesinas, espacios-mirador,etc) actúan como mecanismos de unión y argumento funcional del proyecto.

La configuración de los edificios se basa en un carácter marcadamente lineal y horizontal, con largos porches que definen las zonas de circulación. En los edificios de servicios generales y vestuarios, los paneles de hormigón prefabricado que recubren las fachadas exteriores y de acero galvanizado en el interior y en el techo del porche, denotan un carácter sistemático y modular, acorde con la imagen de pabellones con la que se identifican las edificaciones. En el caso de los vestuarios, el edificio tiene un cierto carácter de prototipo, que se repite ocupando posiciones y estableciendo relaciones distintas con cada campo de juego.