Ha pasado casi un siglo desde que Le Corbusier publicara en los años 20 su «Teoría de la cubierta-jardín», germen del quinto de sus cinco puntos para una nueva arquitectura, que trata sobre la planeidad y el uso de la terraza. A pesar de que podemos considerar que subir a las cubiertas es un impulso ancestral del ser humano y de los avances técnicos de las soluciones constructivas, en la actualidad las azoteas de nuestras ciudades se encuentran infrautilizadas.
El proyecto «living-roof»-(re)activar las azoteas propone una exploración sobre las posibilidades de habitabilidad contemporánea de las cubiertas urbanas, transformando las azoteas -mediante su uso- en un espacio arquitectónico para ser vivido y utilizado, como soporte de actividades asociadas a su propia condición de plano elevado sobre el paisaje urbano.
El origen de la investigación fue la cubierta polivalente del Centro Ambiental del Ebro, también en Zaragoza, que exploraba las posibilidades de la cubierta de un equipamiento público como espacio urbano, mirador, captador energético, zona ajardinada, e incluso como huerto urbano. Con esta experiencia, el nuevo proyecto se orienta hacia los paisajes privados, impulsando instalaciones y acciones en el ámbito de la domesticidad, que también recogen el impulso de otros sectores, como el hotelero, hacia las oportunidades de uso de las azoteas.
Los pabellones con vistas a Zaragoza buscan ser un prototipo de instalación modular transportable y desmontable, cuya colocación transforma una antigua terraza -acabada con baldosas de gres- en un soporte de actividades al aire libre, convirtiendo el paisaje urbano en el telón de fondo de los nuevos usos. La disposición en L de los pabellones -enlazados por una pérgola longitudinal- configura los límites del espacio, junto con el ajardinamiento en los dos lados restantes del perímetro de la terraza.
Los materiales utilizados permiten un rápido montaje del conjunto en dos semanas y potencian la disolución de los límites entre el interior y el exterior, especialmente en el caso de las carpinterías correderas y apilables, que transforman los pabellones en porches exteriores. La doble orientación de los pabellones, además de favorecer la ventilación cruzada, potencia las atractivas vistas sobre el casco histórico de la ciudad, mientras que la jardinería en el lado opuesto, a modo de celosía vegetal, vela las visiones hacia el tejido residencial del entorno.
Situación: Casco histórico. Zaragoza.
Arquitectos: Magén Arquitectos, Rebeca Tristán
Promotor: Privado
Contratista: Demebesa Infraestructuras SL
Fotografías: Simón García
Proyecto: 2014
Construcción: 2014
Superficie: 242,65 m2
Magén Arquitectos
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