Apartamento JM. Zaragoza

Memoria

El proyecto plantea la reforma integral de una vivienda situada en un edificio de viviendas en el casco histórico de Zaragoza. El edificio ocupa una posición de esquina, presentando fachadas a dos calles perpendiculares, y a un pequeño patio interior. La planta resultante de la vivienda, en forma de L hacia el exterior, sin apenas estructura en su interior y un importante número de vanos, once, repartidos entre sus fachadas, eran los elementos que anunciaban las posibilidades que presentaba la reforma.

A partir de estos datos, en 2008 se realiza el proyecto de reforma de este espacio para vivienda-apartamento, entendido como un ejercicio de arquitectura coherente que respetara los elementos más notables del edificio original, para transformar una vivienda de los años cincuenta en un espacio doméstico contemporáneo. El planteamiento se podría resumir como el vaciado del interior, y la inserción en el espacio resultante de una serie de contenedores: mesas, estanterí­as,… a la vez que, dada su posición, dividen el espacio en zonas de distintos usos, dentro de la concepción unitaria del interior de la vivienda. Se evitan así­ los tabiques interiores para conseguir un espacio doméstico abierto, flexible y luminoso, con una mayor sensación de amplitud, debida también a la ampliación de visuales.

Preservar una percepción unitaria del espacio interior de la vivienda, no fragmentado en pequeñas habitaciones, sino que las diferentes estancias de la vivienda fluyeran una tras otra y que la continuidad visual de un extremo al otro no se perdiera ha sido, por tanto, uno de los objetivos del proyecto. La distribución diáfana interior establece un espacio continuo, concatenando los distintos ámbitos que acogen el salón, el comedor y la cocina, el dormitorio de invitados y la habitación principal. La separación a través de puertas correderas permite unir y separar estos espacios. Únicamente los baños, ubicados en el interior de un volumen de vidrio translúcido, se definen como cuartos cerrados. Este planteamiento permite la percepción continua de las fachadas principales, a través de la repetición seriada de sus vanos, restaurando su carpinterí­a de madera original.

El espacio interior se organiza en tres zonas consecutivas. La primera zona, situada junto a la puerta de entrada, incluye el vestíbulo, zonas comunes y una cocina abierta, con una mesa encimera de Corian blanco. La segunda área corresponde a la zona de descanso, y la tercera, al salón-comedor, planteado como centro de la vida familiar y punto de reunión con amigos, es el elemento principal de la distribución interior, está orientado hacia la fachada principal y cuenta con más de la mitad de la superficie total de la vivienda. Unas grandes correderas de vidrio con butiral traslúcido pueden separa las distintas zonas para permitir la privacidad.

En la vivienda no se disponen tabiques, sino que, entre el plano del suelo, de tarima de roble al aceite blanco, y el plano del techo, tres contenedores lineales de madera roble fumé y un volumen cúbico de vidrio, que alberga los aseos, compartimentan el espacio, definiendo los diferentes ámbitos, que unen y separan a través de puertas correderas integradas en los testeros de estos muebles-objeto, que albergan, dependiendo de su posición, vestidores, estanterí­as, mesas, o los electrodomésticos integrados, según el uso del espacio al que de servicio.

Ficha técnica

Situación: Casco histórico. Zaragoza.

Arquitectos: Magén Arquitectos

Promotor: Privado

Contratista: M3

Fotografí­as: Eugeni Pons

Proyecto: 2008

Construcción: 2008

Superficie: 99,65 m2

Publicaciones

«Magen Arquitectos: Arquitectura 2002-2012», 2012.

Viviendas reformadas. Nuevos interiores para antiguos espacios. 2010

Hogar y Decoración, nº1-2009, 2009