Casa en espiral

A partir de los importantes condicionantes iniciales, el proyecto se plantea como la oportunidad de recuperar el concepto de Raumplan loosiano, convirtiendo la orquestación topográfica de los sucesivos ámbitos domésticos, tanto interiores como exteriores, en el argumento principal del proyecto. El proyecto se apoya en las preexistencias para organizar los diferentes usos en torno al eje que define la nueva escalera, cuya geometrí­a y desarrollo en espiral surgen de la conexión con los sucesivos niveles de la vivienda. La actuación no se limita a los espacios interiores sino que la secuencia de usos tiene continuidad en los nuevos espacios exteriores -terrazas, porches y patios, a diferentes alturas- cuyo tratamiento paisajístico contribuye a crear una frondosa atmósfera vegetal, que vela y matiza la presencia masiva de los muros exteriores.

El proyecto plantea una reflexión sobre las diversas formas de habitar contemporáneas, mediante una clara división entre los espacios residenciales personales o privados, í­ntimos y cerrados, y los espacios compartidos de relación, abiertos y conectados visual y espacialmente en espiral. La organización espacial en cascada de la vivienda configura en las zonas públicas rincones que permiten desplegar actividades simultáneas a lo largo del dí­a y de la noche, mientras que la distribución en niveles asegura la intimidad de las zonas privadas. Estas áreas se organizan como apartamentos independientes, como «casas dentro de una casa»: la zona de invitados y la zona de personal (cada una con acceso exterior independiente), las habitaciones juveniles, para estancias temporales, la habitación principal y la habitación infantil. A las diferentes caracterí­sticas de cada uno de estos espacios residenciales responden los espacios y equipamientos que contienen: dormitorio, cuarto de baño, vestidor, salón privado, cocina, cuarto de juegos, terraza, patio, acceso exterior,etc. según el carácter de cada ámbito, asociado al tipo de usuario.

Los espacios comunes de la vivienda, que incluyen salas, salones, comedores, cocina, biblioteca, despacho y sala de tv-proyecciones, se sitúan en los niveles de planta baja, entreplanta y planta inferior, alrededor de la escalera central y en relación con el exterior. Estos espacios están conectados espacial y visualmente a través de perspectivas diagonales que contribuyen a la percepción de continuidad y amplitud de los espacios interiores. El recorrido a través de la escalera central parte de la sala de televisión vinculada al patio-jardí­n en el nivel inferior y termina -casi 10 metros más arriba- en la terraza del nivel superior, con unas espléndidas vistas del parque lineal que sigue el curso del Canal Imperial de Aragón. El trazado helicoidal de la escalera y su revestimiento de madera le otorgan un cierto carácter escultórico que protagoniza el espacio interior y las perspectivas verticales entre los diferentes niveles.

El punto de partida, el solar, consistía en la parcela y la estructura previa de una vivienda perteneciente a un conjunto residencial al suroeste de Zaragoza, construido a principios de los años 90. El estado de abandono de la parcela manifestaba la interrupción abrupta de unas obras anteriores, que, sin embargo, habían permitido descubrir un sótano original, inadvertido hasta entonces, bajo la proyección en planta de la vivienda. Este hallazgo, junto a la posición de la vivienda en el borde del conjunto de adosados, y por tanto, con tres fachadas y un patio en C a su alrededor, constituí­an los principales atractivos de un proyecto muy condicionado por la configuración original volumétrica previa.